EL ÁRBOL Y EL BOSQUE: Significados y símbolos dentro del mundo indoeuropeo | terraepovo
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EL ÁRBOL Y EL BOSQUE: Significados y símbolos dentro del mundo indoeuropeo | terraepovo
“La sangre de Dios es la que anima a los árboles y es la misma sangre divina la que anima a los seres humanos. Se trata pues, de tomar conciencia de esta identidad, de integrarla, de nutrirse de ella en una comunión que no
Algunos textos esenciales para la comprensión de la génesis espiritual y filosófica Indoeuropea.
La soledad es el crisol donde el Ermitaño forja su lámpara interior: un retiro disciplinado de la entropía sensorial para mapear la topografía del pensamiento mismo. Mediante la quietud metódica y la respiración regulada, las redes neuronales se desacoplan de los estímulos externos, revelando oscilaciones de base donde la intuición pulsa como un faro oculto.
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Cuerpo, epifanía sagrada del alma
Encarnar es conferir forma y presencia a lo informe; es dotar de contorno visible a lo que, por naturaleza, carece de corporeidad. El cuerpo, en este sentido, no es mera envoltura, sino epifanía: manifestación sensible de una interioridad invisible. Existe, por ende, una simpatía originaria entre ciertas almas y ciertos cuerpos, una analogía profunda que hace del cuerpo el correlato material adecuado de un alma determinada. Tal correspondencia no es unidireccional: así como el alma imprime en la materia un cierto orden, también la materia dispone y modula la recepción del alma.
Encarnar, entonces, es a la vez honra y tarea: es honrar al cosmos como estatua divina —como imagen viviente de lo inteligible—, y simultáneamente, es preparar en uno mismo un receptáculo digno, una morada configurada para lo Alto. Pues también la materia, cuando dispuesta con arte y virtud, puede ascender y acceder a lo Divino.
Los pueblos, los linajes y los clanes, los mismos individuos como cuerpos, son entonces estatuas de precisamente quienes son en realidad, hijos de los Dioses de los cuales penden y hacia los cuales se encaminan. Venerar, trabajar y dignificar antes que mortificar al cuerpo no es un mero accidente, sino ejercicio cultual al cual nos debemos.
"Como dice Homero 'el hombre bueno se pone lo que es bueno, pero al inferior se le da lo inferior' -Il. 14.382-. Además, así como el Iniciado, al decorar las estatuas con ciertos símbolos las hace más aptas para la recepción de los poderes superiores, así también la naturaleza universal, al utilizar fórmulas naturales para modelar los cuerpos como imágenes externas de las almas, implanta una aptitud diferente en los distintos cuerpos para la recepción de una u otra clase de alma, mejores y peores."
Proclo - Im Tim. 51.24.30
Encarnar es conferir forma y presencia a lo informe; es dotar de contorno visible a lo que, por naturaleza, carece de corporeidad. El cuerpo, en este sentido, no es mera envoltura, sino epifanía: manifestación sensible de una interioridad invisible. Existe, por ende, una simpatía originaria entre ciertas almas y ciertos cuerpos, una analogía profunda que hace del cuerpo el correlato material adecuado de un alma determinada. Tal correspondencia no es unidireccional: así como el alma imprime en la materia un cierto orden, también la materia dispone y modula la recepción del alma.
Encarnar, entonces, es a la vez honra y tarea: es honrar al cosmos como estatua divina —como imagen viviente de lo inteligible—, y simultáneamente, es preparar en uno mismo un receptáculo digno, una morada configurada para lo Alto. Pues también la materia, cuando dispuesta con arte y virtud, puede ascender y acceder a lo Divino.
Los pueblos, los linajes y los clanes, los mismos individuos como cuerpos, son entonces estatuas de precisamente quienes son en realidad, hijos de los Dioses de los cuales penden y hacia los cuales se encaminan. Venerar, trabajar y dignificar antes que mortificar al cuerpo no es un mero accidente, sino ejercicio cultual al cual nos debemos.
"Como dice Homero 'el hombre bueno se pone lo que es bueno, pero al inferior se le da lo inferior' -Il. 14.382-. Además, así como el Iniciado, al decorar las estatuas con ciertos símbolos las hace más aptas para la recepción de los poderes superiores, así también la naturaleza universal, al utilizar fórmulas naturales para modelar los cuerpos como imágenes externas de las almas, implanta una aptitud diferente en los distintos cuerpos para la recepción de una u otra clase de alma, mejores y peores."
Proclo - Im Tim. 51.24.30
Filosofía-apuntes .
Asi hablo Zaratustra - Friedrich Nietzsche.pdf
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Zoroastro: El Primer Profeta (Audio Podcast)
Adéntrate en la fascinante historia de Zoroastro, el enigmático profeta de la antigua Persia que revolucionó la espiritualidad humana. Conocido como el fundador del zoroastrismo, Zoroastro desafió las creencias de su tiempo, enfrentándose a sacerdotes y reyes…
A veces, lo que sentimos como una ruptura es en realidad el inicio de nuestra fuerza. Cada desafío, cada herida, nos moldea y nos fortalece.
No somos el daño sufrido, sino la capacidad de levantarnos, seguir creciendo y el resultado de la experiencia obtenida en este proceso.
No somos el daño sufrido, sino la capacidad de levantarnos, seguir creciendo y el resultado de la experiencia obtenida en este proceso.