La revolucion Resiste a las múltiples amenazas que debe afrontar para su supervivencia. Desde que el Daesh –sobre el cuál hablaremos más adelante– fue vencido gracias a las fuerzas democráticas del norte y este de Siria (principalmente kurdas y árabes) quienes, por motivos estratégicos, apoyaban la revolución (como EEUU, principalmente) han dejado de hacerlo, dejando Rojava a merced de la ocupación turca dirigida por Recep Tayyip Erdoğan iniciada en 2018. Dada la situación, los periodistas han tirado la toalla con la revolución de Rojava, dándola por perdida; sin embargo no lo está, la gente resiste. Hay que entender que lo que no quieren las personas en el Norte y Este de Siria –sean árabes, kurdas, armenias, asirias (cristianas), turcomanas, drusas o chechenas– es la vuelta al régimen nacionalista árabe de Bashar Al-Assad, tampoco un nacionalismo turco como el de Erdoğan y, por supuesto y bajo ningún concepto al “califato islámico” de Daesh; su solución es la Administración Autónoma del Norte y Este
La revolucion Resiste a las múltiples amenazas que debe afrontar para su supervivencia. Desde que el Daesh –sobre el cuál hablaremos más adelante– fue vencido gracias a las fuerzas democráticas del norte y este de Siria (principalmente kurdas y árabes) quienes, por motivos estratégicos, apoyaban la revolución (como EEUU, principalmente) han dejado de hacerlo, dejando Rojava a merced de la ocupación turca dirigida por Recep Tayyip Erdoğan iniciada en 2018. Dada la situación, los periodistas han tirado la toalla con la revolución de Rojava, dándola por perdida; sin embargo no lo está, la gente resiste. Hay que entender que lo que no quieren las personas en el Norte y Este de Siria –sean árabes, kurdas, armenias, asirias (cristianas), turcomanas, drusas o chechenas– es la vuelta al régimen nacionalista árabe de Bashar Al-Assad, tampoco un nacionalismo turco como el de Erdoğan y, por supuesto y bajo ningún concepto al “califato islámico” de Daesh; su solución es la Administración Autónoma del Norte y Este
Such instructions could actually endanger people — citizens receive air strike warnings via smartphone alerts. Telegram boasts 500 million users, who share information individually and in groups in relative security. But Telegram's use as a one-way broadcast channel — which followers can join but not reply to — means content from inauthentic accounts can easily reach large, captive and eager audiences. Messages are not fully encrypted by default. That means the company could, in theory, access the content of the messages, or be forced to hand over the data at the request of a government. Two days after Russia invaded Ukraine, an account on the Telegram messaging platform posing as President Volodymyr Zelenskiy urged his armed forces to surrender. Telegram was co-founded by Pavel and Nikolai Durov, the brothers who had previously created VKontakte. VK is Russia’s equivalent of Facebook, a social network used for public and private messaging, audio and video sharing as well as online gaming. In January, SimpleWeb reported that VK was Russia’s fourth most-visited website, after Yandex, YouTube and Google’s Russian-language homepage. In 2016, Forbes’ Michael Solomon described Pavel Durov (pictured, below) as the “Mark Zuckerberg of Russia.”
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